Desde el punto de vista del
análisis del comportamiento de la era del petróleo, el año 2011 guarda sensible
importancia.
A partir de este año se presenta una disminución de la demanda de hidrocarburos a nivel mundial, y a su vez, se observa un decrecimiento sostenido de las reservas petroleras a escala global y esto pese a la inclusión en los balances del petróleo no convencional, que hasta el año 2005 no había sido tenido en cuenta en las estadísticas, y que por sus características es un síntoma de la escasez de petróleo en el mundo.
La respuesta a esta aparente paradoja es precisamente que son bastante pobres los hallazgos de petróleo convencional y la inclusión del petróleo no convencional no alcanza a cubrir el consumo de hidrocarburos de años recientes.
Respecto del comentario del declive de las reservas, hay que tener en cuenta que mientras en el año 2011 la disponibilidad de petróleo en el mundo bastaba para cubrir 54 años, en el año 2015 dicha cobertura sólo alcanzaba para cerca de 51 años.
La respuesta a esta aparente paradoja es precisamente que son bastante pobres los hallazgos de petróleo convencional y la inclusión del petróleo no convencional no alcanza a cubrir el consumo de hidrocarburos de años recientes.
Respecto del comentario del declive de las reservas, hay que tener en cuenta que mientras en el año 2011 la disponibilidad de petróleo en el mundo bastaba para cubrir 54 años, en el año 2015 dicha cobertura sólo alcanzaba para cerca de 51 años.
La inclusión del petróleo no
convencional en los balances de las existencias de crudo en el planeta, localiza la región de Centro y Sur América como la de mayores existencias de petróleo en el
mundo, un fenómeno que se explica por los recursos energéticos no
convencionales en suelo de la República Bolivariana de Venezuela.
