2017/01/17

La llegada de Trump a la Casa  Blanca, basándonos en sus declaraciones, representa la búsqueda de  un reposicionamiento internacional de Estados Unidos en el escenario de la producción de bienes y servicios a nivel mundial, un cambio sensible si se piensa en largo camino recorrido por la Unión Americana en su consolidación como centro de poder esencialmente financiero, y que se presenta como efecto  de la puesta en marcha de mecanismos destinados a paliar la crisis económica evidente ya en el año 2007, lo que abrió paso al fortalecimiento del sector productivo en los países del BRIC y en especial de China, un fenómeno que despunta desde el año 2000.

La estrategia Trump esta complementada con la expectativa de debilitar las relaciones políticas entre China y Rusia,  que se han consolidado en años recientes y que representan un eje de poder que disuade y coloca limites a la presión que Estados Unidos pueda imponer al Imperio del Centro y que están dirigidas a debilitar a China en el ámbito de la producción de bienes y servicios a escala internacional.

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