2015/08/01

Los bajos precios internacionales del petróleo,  factor que está centrando la atención pública por los desafíos fiscales que suscita,  está ocultando otra  realidad más compleja para Colombia.

De continuar los actuales niveles de reservas  así como de producción petrolera, el país agotara sus existencias  del preciado líquido en el año 2022.

Aun así, conociendo que el desarrollo socioeconómico  colombiano descansa en el consumo de hidrocarburos,  se abrirá paso a la era de las energías no convencionales. Con ellas  la sobreexplotación y contaminación de las fuentes de  agua dulce, el incremento en los niveles de sismicidad y la progresividad de zonas expuestas a desertificación en vastas regiones del país.

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